Dicen que la transformación digital es cosa de grandes corporaciones. Pero esta afirmación, solo es la constatación de un hecho objetivo y no de una afirmación categórica: menos del 20% de las empresas españolas pueden considerarse digitalizadas. Es más, no debería serlo dado su impacto en la competitividad y crecimiento de las empresas y es, por tanto, algo a desterrar desde ya del imaginario empresarial colectivo.
Digitalícese o digitalícese, clama una (UE) Unión Europea deseosa de finiquitar la dependencia tecnológica de multinacionales norteamericanas y asiáticas cuyo valor bursátil supera holgadamente el PIB de muchos países miembros de la Unión. Y el clamor se ha convertido en una dotación de recursos a invertir en transformación digital sin precedente conocido. El objetivo es claro, en una década, duplicar la representación europea en el reino de las compañías tecnológicas con una facturación superior a los mil millones de dólares y que el 75% del tejido empresarial europeo utilice servicios en la nube (#cloudcomputing), macrodatos (#bigdata) e inteligencia artificial (#IA).
En ese objetivo del 75% se van a ver comprometidas nuestras #empresasdeasturias porque una realidad, no menos constatable, es que la sociedad se está digitalizando a pasos agigantados y los clientes constituyen el eje central del proceso de transformación digital. También tiene parte de compromiso un factor humano que ha de incrementar significativamente sus capacidades digitales para poder ser competitivo en un entorno digital cada vez más sostenible, seguro y eficaz.
Así las cosas, la creación y mejora continua de #competenciasdigitales en el seno fundamentalmente de las #pymes, se torna clave para para normalizar el ya por sí imparable proceso de transformación digital del tejido empresarial. Conocer y comprender los desafíos que ello supone, no solo es un ejercicio de responsabilidad, también una decisión inteligente en términos de estrategia de desarrollo personal y profesional. No en vano, la UE estima la creación de 2,4 millones de nuevos empleos altamente especializados al albor de ese proceso en un plazo de tan solo 4 años.
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