Según las estimaciones de FADE, el paro en el transporte ha causado hasta ahora a Asturias una pérdida de entre 200 y 220 millones de euros, debido a la inactividad de los diversos sectores, en un cálculo aproximado que no incluye costes tan importantes como la pérdida de clientes, u otros daños emergentes o perdidas de oportunidades.
El cálculo se ha elaborado teniendo en cuenta el impacto aproximado del paro sobre los destinos sectores de le economía asturiana.
Lo más grave de la evolución es que el coste de pérdidas avanza en progresión geométrica a medida que la falta de suministros afecta progresivamente a otros sectores del sector terciario obligando a paralizaciones o disminuciones de actividad en cadena.
Este coste ya supera los ingresos de la Comunidad Autónoma de Asturias por el impuesto de hidrocarburos en 2021, 151,3 millones de euros. Este impuesto, que se cede en un 58% a las CCAA, se obtiene principalmente sometiendo a un gravamen de 47,3 céntimos de euro por litro de gasolina y 37,9 céntimos por litro de diésel durante todo el año.
Estas cifras nos acercan a dos realidades. Por un lado, que el daño ocasionado por paros extremos es varias veces superior a cualquier hipotético beneficio que se obtenga. Por otro, que el retraso en tomar las decisiones multiplica el daño causado.